Creado en la década de 1920 por Jules Molin, el auténtico Glouglou francés
se sigue fabricando con el mismo diseño desde hace más de un siglo.
#1 - ¡SÍRVASE EN LA MESA COMO JARRA DE AGUA!
Elegante y lúdica, la Jarra Glouglou transforma cada comida en un momento de placer. Esta jarra de cerámica hecha a mano, tan práctica como decorativa, anima a grandes y pequeños a beber más gracias a su célebre y alegre “glouglou” al verter el agua en un vaso.
Adorada por adultos y niños, atrae todas las miradas en el centro de la mesa. Una forma sencilla y chic de añadir un toque de convivencia a sus comidas cotidianas.
“La utilizo desde hace tiempo y siempre causa sensación en la mesa.” Vincent B.
#2 - REALCE SUS FLORES
Nuestra jarra pez no se limita a servir agua: también se transforma en un jarrón elegante y original. Su silueta delicada realza tanto un ramo de flores frescas como unas cuantas varas secas.
Juegue con los colores y las texturas para crear un ambiente único y dar carácter a su decoración. Colocada sobre una mesa, una consola o un alféizar, aporta un toque de frescura y elegancia a su interior.

#3 - EMBELLEZCA SU INTERIOR
Como pieza decorativa, el Glouglou —también llamado Gluglu— infunde un toque de elegancia a cualquier interior. Más que un objeto, es una idea de regalo refinada, concebida para celebrar los momentos valiosos y perdurar con distinción. Impulsado por un saber hacer artesanal único, se convierte en una pieza distintiva, a la vez personal e intemporal, llamada a transmitirse y a inscribirse en una historia familiar o patrimonial.
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